“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”
(1 Timothy 3:16).
El misterio es grande, no porque sea enigmαtico sino porque es asombroso. El misterio es la verdad extraordinaria que Dios fue manifestado en carne.
Significa, por ejemplo, que el Eterno naciσ en un mundo donde hay tiempo, y viviσ en una esfera de calendarios y relojes.
Aquel que es Omnipresente y capaz de estar en todos los lugares al mismo tiempo, se confinσ a Sν mismo a un sσlo lugar: Belιn, Nazaret, Capernaϊm o Jerusalιn.
Es maravilloso pensar que el Dios Grande, que llena el cielo y la tierra se comprimiera en un cuerpo humano. Cuando los hombres lo miraban podνan decir con precisiσn: “En ιl habita corporalmente toda la plenitud de la deidad”.
El misterio nos recuerda que el Creador visitσ este insignificante planeta llamado Tierra. Siendo tan sσlo una partνcula de polvo cσsmico, en comparaciσn con el resto del universo, no obstante, pasσ por alto el resto para llegar aquν. ΅Del palacio del cielo a un establo, a un pesebre!
El Omnipotente se convirtiσ en un indefenso Bebι. No es exagerado decir que Aquel a quiιn Marνa sostenνa en sus brazos tambiιn sostenνa a Marνa, porque ιl es el Sustentador asν como el Hacedor.
El Omnisciente es la fuente de toda sabidurνa y conocimiento y a pesar de esto, leemos acerca de ιl que, siendo Niρo, crecνa en sabidurνa y conocimiento. Es casi increνble pensar que el Dueρo de todo llegaba como alguien inoportuno a sus propias posesiones. No hubo lugar para ιl en el mesσn. El mundo no le conociσ, los Suyos no le recibieron.
El Amo llegσ al mundo como un Siervo. El Seρor de la gloria velσ Su gloria en un cuerpo de carne. El Seρor de la vida vino al mundo a morir. El Santo se internσ en una jungla de pecado. Aquel que es infinitamente alto llegσ a ser νntimamente cercano. El Objeto de la delicia del Padre y de la adoraciσn angιlica se encontrσ hambriento, sediento y cansado, junto al pozo de Jacob, durmiσ en una barca en Galilea y vagσ “como un extranjero sin hogar en el mundo que Sus manos habνan hecho”. Vino del lujo a la pobreza, sin tener siquiera un lugar donde reclinar Su cabeza. Trabajσ como carpintero. Jamαs durmiσ en un colchσn. Nunca tuvo agua corriente caliente y frνa u otras comodidades que nosotros damos por sentado.
William MacDonald
De día en día ("Editorial Discípulo")
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