Lectionary Calendar
Monday, December 22nd, 2025
the Fourth Week of Advent
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!

Daily Devotionals
De día en día
Devotional: December 22nd

Resource Toolbox

“Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido”

(1 John 3:6).

Ayer consideramos un pasaje que es angustioso para algunos cristianos sinceros. Hoy veremos tres versνculos en la primera epνstola de Juan que tambiιn perturban a creyentes que son muy conscientes de su pecaminosidad. Tenemos el versνculo citado al comienzo de esta pαgina. Poco despuιs viene 1 John 3:9 que dice: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en ιl; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. Y 1 John 5:18 dice: “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”. Asν tal cual, estos versνculos podrνan hacer a cualquiera de nosotros dudar de si somos creyentes verdaderos.

Sin embargo, otros versνculos en esta misma carta reconocen que el creyente peca, por ejemplo 1Jn 1:8-10; 1Jn 2:1 b.

El problema en gran parte es de traducciσn. En la lengua original del Nuevo Testamento hay una diferencia entre cometer actos ocasionales de pecado y practicar el pecado como norma de vida. El cristiano sin duda comete actos de pecado, pero el pecado no caracteriza su vida. Ha sido libertado del pecado como amo.

La Nueva Versiσn Internacional los traduce asν: “Todo el que permanece en ιl, no practica el pecado. Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido” (1Jn 3:6). “Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en ιl; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios” (1Jn 3:9). “Sabemos que el que ha nacido de Dios no estα en pecado; Jesucristo, que naciσ de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo” (1Jn 5:18).

Si un cristiano dice que no peca, es porque tiene un concepto imperfecto de lo que es el pecado. Aparentemente no se da cuenta de que cualquier cosa que no cumple con la regla perfecta de Dios es pecado. La realidad es que cada dνa pecamos en pensamiento, palabra y obra.

Pero Juan hace una distinciσn entre lo que es excepcional y lo que es habitual. Para el santo genuino el pecado es algo extraρo, y la justicia es habitual en su casa.

Cuando vemos esto, no hay necesidad de torturarnos con estos versνculos que nos hacen dudar de nuestra salvaciσn. La sencilla realidad es ιsta: la voluntad de Dios es que no pequemos, y no nos da permiso para pecar. Desafortunadamente pecamos. Pero el pecado ya no es la potencia dominante en nuestras vidas. Ya no practicamos el pecado como lo hacνamos antes de ser salvos, y si pecamos, encontramos perdσn al confesar y abandonar nuestro pecado.

 
adsfree-icon
Ads FreeProfile