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Sunday, June 16th, 2024
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Bible Commentaries
2 Reyes 10

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-36

JEHU HACE QUE SEAN DECAPITADOS SETENTA HIJOS DE ACAB.

1. tenía Achab en Samaria setenta hijos—Como parece (v. 13) que están incluidos los nietos, es probable que este número incluya toda la posteridad de Acab. El hecho de que todos se hallaban reunidos en aquella capital podría resultar de que habían sido dejados allí, cuando el rey se fué para Ramoth de Galaad, y de que ellos se habían refugiado en alguna fortaleza de aquella ciudad, al oír de la conspiración de Jehú. Podría inferirse del tenor de las cartas de Jehú que su primera intención era la de elegir el más apto de la familia real y elevarlo por rey, y tal vez este desafío de Jehú fué propuesto como golpe de política de parte de él para obtener los puntos de vista de ellos y probar si ellos estaban dispuestos a ser pacíficos u hostiles. El carácter audaz del hombre y el éxito rápido de su conspiración amedrentaron a las autoridades civiles de Samaria y Jezreel y consiguieron la sumisión de ellas.

5. los ayos—Antiguamente, y todavía en muchos países orientales, se les encarga a los grandes principales la manutención y educación de los principes reales. Esto importaba un gasto pesado que ellos estaban obligados a soportar, pero por lo cual ellos trataban de hallar alguna compensación en las ventajas de su relación con la corte.

6. tomad las cabezas de los varones hijos de vuestro señor—La práctica bárbara del afortunado usurpador, de matar a todos los que puedan tener pretensiones al trono, ha sido imitada frecuentemente en la historia antigua y moderna de Oriente.

8. Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta—La exhibición de las cabezas de enemigos es considerada siempre un trofeo glorioso. A veces un montón de cabezas se levanta a la puerta del palacio; y una cabeza de apariencia llamativa se elige para adornar la cumbre de la pirámide.

9. dijo a todo el pueblo: Vosotros sois justos, etc.—Un gran concurso de gente se reunió para mirar este espectáculo novedoso y lúgubre. El discurso que Jehú dirigió a los espectadores fué astutamente ideado para impresionar sus mentes con la idea de que esa matanza al por mayor, hecha sin su orden y consentimiento era el resultado secreto de los juicios divinos pronunciados contra la casa de Acab; y el efecto del discurso fué el de preparar la mente del público para oír, sin horror, de una similar tragedia repugnante, que pronto sería llevada a cabo, es decir, la extinción de todos los amigos que apoyaban la influencia de la dinastía de Acab, inclusive los de la casa real de Judá.

13. Somos hermanos de Ochozías—es decir, no hermanos cabales, sino medios hermanos, hijos de Joram y de varias concubinas. Ignorantes de la revolución que se había efectuado, ellos viajaban a Samaria para hacer una visita a sus parientes reales de Israel, cuando fueron aprehendidos y muertos, por el temor de que ellos probablemente pudiesen estimular y fortalecer el partido que todavía quedaba fiel a la dinastía de Acab. hijos de la reina—la reina madre, o “regenta”, Jezabel.

15-18. Jonadab hijo de Rechab—(Véase 1 Crónicas 2:55). Persona quien, por su piedad y su sencilla manera primitiva de vida (Jeremias 35), era altamente estimada, y poseía grande influencia en el país. En un momento Jehú vió la ventaja de que ganaría su causa por la amistad y el apoyo de este hombre venerable a los ojos del pueblo, y por esto le tributó la distinguida atención de invitarlo a tomar asiento en su carro. dame la mano—No simplemente para ayudarle a subir al carro, sino por un propósito mucho más significativo e importante, pues el dar, o más bien, unir las manos, era el modo reconocido de ratificar un convenio, como también de testificar lealtad a un soberano nuevo; pues, se dice: “El (Jonadab) dióle (a Jehú) la mano”.

18-29. DESTRUYE A LOS ADORADORES DE BAAL.

19. Llamadme pues luego a todos los profetas de Baal—Los devotos de Baal aquí están clasificados bajo los títulos de profetas, sacerdotes y siervos, o adoradores en general. Fácilmente podrían reunirse en un templo espacioso, pues su número había sido grandemente reducido por la influencia del ministerio de Elías y Eliseo, y también por la negligencia y abandono del culto por el rey Joram. El decreto por Jehú de un sacrificio solemne en honor de Baal, y el llamamiento a todos los adoradores a participar en su celebración, fué una sagaz trama que él había dispuesto para la extinción de ellos, una medida en perfecta armonía con la ley mosaica, y digna de un rey constitucional de Israel. Fué hecho, sin embargo, no por motivos religiosos sino puramente políticos, porque él creía que la existencia y los intereses de los baalitas estaban inseparablemente ligados con la dinastía de Acab, y porque él esperaba que por el exterminio de ellos, aseguraría la amistad de un partido mucho más grande y de mayor influencia, que adoraban al Dios de Israel. El apoyo de Jonadab habría sido dado en la creencia de que Jehú era movido sólo por los principios más elevados de piedad y celo.

22. Saca vestiduras para todos los siervos de Baal—Los sacerdotes de Baal estaban vestidos probablemente con togas de “byssus” blanco (lino fino de Egipto), mientras estaban ocupados en las funciones de su oficio, y estas ropas estaban guardadas bajo el cuidado de un oficial en un guardarropa del templo de Baal. Esta masacre traicionera, y los medios usados para llevarla a cabo, son semejantes a la matanza de los genízaros y otras terribles tragedias de la historia moderna de Oriente.

29. Con todo eso Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam—Jehú no tenía miras de llevar su celo por el Señor más allá de cierto punto, y como consideraba imprudente alentar a sus súbditos a ir hasta Jerusalem, restableció el culto simbólico de los becerros.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Kings 10". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-kings-10.html. 1871-8.
 
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