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Bible Commentaries
Levítico 9

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-24

LA ENTRADA DE LOS SACERDOTES A SU OFICIO.

1, 2. Moisés llamó … Toma de la vacada un becerro para expiación—Las órdenes sobre estas cosas sagradas seguían llegando a Moisés, siendo extraordinarias las circunstancias. Pero él sólo era al medio de comunicar la voluntad divina a los sacerdotes recién constituídos. El primero de sus actos oficiales fué el sacrificio de otra ofrenda propiciatoria para expiar los defectos de los servicios inaugurales; y sin embargo, aquel sacrificio no consistió en un buey, sacrificio establecido por al guna transgresión particular; sino en un becerro, tal vez, no sin una referencia significativba al pecado de Aarón en lo del becerro de oro. Luego siguió la ofrenda quemada, expresiva de la devoción completa y voluntaria de sus personas al servicio divino. Habiendo hecho esto los sacerdotes recién consagrados a favor de sí mismos, fueron invitados a ofrecer una ofrenda de expiación y ofrenda quemada a favor del pueblo; terminándose el ceremonial con una ofrenda de las paces, que era una fiesta sagrada. El mandato (v. 7) “haz la reconciliación por ti y por el pueblo” (la Septuaginta dice “por tu familia”) al comienzo de su funciones sagradas, proporciona una evidencia notable del origen divino del sistema judaico de culto. En todas las formas falsas y corrompidas de la religión, siempre ha sido el plan deliberado el de inspirar al pueblo con una idea de la santidad del sacerdocio, en asunto de pureza y favor con la divinidad, como muy por encima del nivel de otros hombres. Pero entre los hebreos los sacerdotes eran obligados a ofrecer por la expiación de sus propios pecados así como por la del más humilde del pueblo. Esta imperfección del sacerdocio aarónico, sin embargo, no se extiende haste la dispensación evangélica; porque nuestro gran Sumo Sacerdote, quien por nosotros entró al “verdadero tabernáculo”, “no conoció pecado” ( Hebreos 10:10).

8. llegóse Aarón al altar, y degolló su becerro de la expiación que era por él—Sea que estuviera ordenado la primera vez, o que fuese inevitable por no haber estado completamente arregladas todavía las divisiones de trabajo entre los sacerdotes, parece que Aarón, ayudado por sus hijos, mató con sus propias manos a la víctima como también actuó en todo el ritual prescrito junto al altar.

17-21. asimismo el presente … meciólos Aarón por ofrenda agitada—Es de notarse que no hay mención de éstos en las ofrendas que hicieron los sacerdotes a favor de sí mismas. Ellos no podían llevar sus propios pecados; y por lo tanto, en vez de comer alguna parte de sus propias ofrendas por el pecado, como tenían libertad de hacerlo en el caso de las ofrendas de otros, tuvieron que llevar los cuerpos enteros “fuera del campamento y quemarlos coa fuego.”

22. alzó Aarón sus manos hacia el pueblo, y bendíjolos—El pronunciar una bendición a favor del pueblo reunido en el atrio era una parte necesaria del deber del sumo sacerdote, y se describe la fórmula según la cual fué dada la bendición ( Números 6:23). descendió de hacer la expiación—El altar estaba elevado por encima del nivel del suelo, la subida era por un leve declive ( Éxodo 20:26).

23. entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo—Moisés, según las instrucciones divinas que había recibido, acompañó a Aarón y sus hijos para iniciarlos en sus deberes sagrados. Sus ocupaciones anteriores los habían detenido junto al altar, y ahora ellos entraron juntos al sagrado edificio para llevar la sangre de las ofrendas dentro del santuario. la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo—tal vez en un resplandor glorioso encima del tabernáculo como una señal nueva de la aceptación divina del sitio de su adoración recien establecido.

24. salió fuego de delante de Jehová—Una llama, emanando de aquella luz resplandeciente que llenaba el lugar santo, relampagueó sobre el altar de bronce y encendió los sacrificios. Este fuego milagroso, para cuya bajada había sido preparado el pueblo, y que los sacerdotes estaban advertidos de que nunca lo dejasen apagarse (cap. 6:13), fué señal, no sólo de la aceptación de las ofrendas y del establecimiento de la autoridad de Aarón, sino de la residencia real de Dios en su morada elegida. El momento en que fué visto el espectáculo solemne pero grato, un grito simultáneo de gozo y gratitud irrumpió de la multitud congregada, y en actitud de la más profunda reverencia adoraron a “una Deidad presente.”

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Leviticus 9". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/leviticus-9.html. 1871-8.
 
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